Taipei, septiembre 11 (CNA) La presidenta Tsai Ing-wen ha mostrado su preocupación por el activista taiwanés de derechos humanos Lee Ming-che, impartiendo instrucciones a las agencias gubernamentales pertinentes a ayudar a liberar a Lee por todos los medios, dijo el portavoz del Palacio Presidencial, Alex Huang, el lunes 11.
Lee, quien fue detenido en China acusado de "subversión del poder estatal", se declaró culpable de los cargos de subversión en una corte de la provincia china de Hunan el lunes 11.
El juez dijo que la pena de Lee será anunciada en una fecha en el futuro.
Lee, quien solía trabajar para el gobernante Partido Democrático Progresista (PDP) de la República de China (Taiwán) y sirve actualmente como voluntario de una organización no gubernamental local, fue detenido después de llegar a la ciudad de Zhuhai, China, vía Macao el 19 de marzo pasado.
El gobierno chino dijo en mayo que Lee estaba acusado del crimen de "subversión del poder estatal".
En la audiencia que tuvo lugar en una corte de la Ciudad de Yueyang de la Provincia de Hunan, Lee admitió que había diseminado intencionalmente informaciones y artículos atacando el sistema comunista y el gobierno chino, como lo acusado por las autoridades chinas.
Después de la audiencia, Huang dijo que el Gobierno está altamente preocupado por la actual situación de Lee, incluyendo su salud y sus derechos humanos, y todas las agencias gubernamentales relacionadas han estado haciendo todos sus esfuerzos para ayudar a su familia y permitir su liberación.
Haciendo hincapié en que la postura del Gobierno ha sido clara y consistente, Huang dijo que debido a que Lee es un ciudadano de la República de China (Taiwán), el Gobierno asegurará su seguridad personal bajo la condición previa que la dignidad nacional sea mantenida, y usará todos los medios para ayudarle a regresar a casa sano y salvo.
Mientras tanto, Lee Ching-yu, la esposa de Lee, quien fue permitida a visitar a Lee Ming-che después de la audiencia, dijo a los periodistas que todo el mundo ha presenciado este drama político y las "diferencia de los valores importantes en Taiwán y en China".
"Me siento profundamente triste. Este drama político evidencia que las observaciones (respecto a la democracia) en Taiwán son consideradas como conductas de subversión del poder estatal en China. Los taiwaneses no pueden aceptar tal resultado, ni tampoco el mundo civilizado", puntualizó Lee Ching-yu.