Ciudad Victoria, Tamaulipas, 19 de Mayo.- Por encima de las marcadas diferencias culturales entre México y Taiwán, la jugadora de softbol Wan-Ju Hisieh se siente agradecida desde su llegada a la capital de Tamaulipas, al grado de que, asegura, será su segunda casa por tiempo indefinido.
Enfundada en su indumentaria deportiva de colores azul, verde y blanco, Wan-Ju Hisieh, la licenciada en Negocios Internacionales se prepara para ingresar al terreno de juego con el fin de disputar su respectivo encuentro de pelota blanda en la Liga Universitaria de Softbol de Victoria.
Para no interferir en el cotejo deportivo, la charla se da en intervalos, en tanto se desarrolla el encuentro en el parque de softbol “Carlos José Benavides Peña”, destacó un reportaje del portal de noticias "Gaceta MX".
La jugadora procedente de medio oriente pinta su raya cuando de entrada se le cuestiona si es de China o de Taiwán.
“De Taiwán, de Taiwán… de China no”, remarca sin dejar a un lado su buen sentido del humor.
-¿Cómo te enrolaste en el softbol de la capital de Tamaulipas?
“Por medio de una compañera, me dijo que don Severiano tenía un equipo y por eso estoy aquí”.
Asegura que el gusto por el deporte del softbol lo trae desde su tierra natal, Taiwán, donde a los 17 años ya formaba parte de un seleccionado femenil.
-¿Cuándo llegaste a Ciudad Victoria?
“Fue en el 2002… ya tengo 15 años viviendo aquí”.
-Por tu buen estado de ánimo se ve que vives feliz en Victoria ¿o no es así?
“Sí, mucho muy feliz y con muchos amigos. Aunque desde hace ocho años el ambiente ha venido cambiando un poco, porque ya no es tan seguro como antes”.
Ya enrolada con sus amigas del equipo Ópticas Perzus, Wan-Ju dice que no sólo forma parte del equipo de chicas de la rama femenil en segunda fuerza, sino también en la varonil, con el mismo conjunto pero en tercera fuerza.
-Son culturas muy distintas las de México y Taiwán, ¿cómo te has sentido?
“Me he sentido súper bien, la de aquí es gente muy amable y de mucha fiesta, por eso no he sentido ese cambio”, asegura.
Con excepción de sus padres, Wan-Ju Hisieh refiere que poco extraña su tierra natal, y ahora menos con la existencia de la tecnología y las redes sociales, por medio de lo cual “puedes verlos y platicar cuando el tiempo lo permite”.
De tal modo que, en la actualidad, la chica taiwanesa ha cambiado platillos típicos de su país, como la sopa espesa con sepia envuelta y tortilla de ostra con huevo, por los tradicionales de esta región como la barbacoa, chilaquiles y huevos divorciados.
-¿Te gustan estos platillos?
“Mucho, y además los mariscos, las manzanas con chile y raspas con chamoy”.
Cuando parecía que la charla caminaba sobre ruedas, el reportero creyó prudente abordar temas más personales de la vida de la deportista taiwanesa, pero se barrió la pregunta porque en ese momento le tocaba turno al bat. Hsieh solicitó un alto momentáneo a la entrevista y se dirigió a tratar de batear los lanzamientos de la pitcher del equipo contrincante, el Deportivo Alcocer.
Cumplido su cometido, regresa a la plática pero también a capotear las preguntas de índole personal.
-¿Qué edad tienes?
“Eso no se dice, es confidencial”, devuelve, junto con una amplia sonrisa
-¿Eres casada o tienes novio?
“No, no, de eso nada…eso es muy privado”.
-¿Tu estancia en Ciudad Victoria es para siempre?
“Si, tanto así que en dos años pienso naturalizarme mexicana”.
Sobre sus hobbies, la jugadora señala que el softbol es lo que la mantiene entretenida, aunque claro sin olvidar por supuesto su responsabilidad como trabajadora en la maquiladora Nieng Hsing.
Si en el softbol su principal cualidad es el robo de bases por su velocidad de piernas, ella es licenciada en Negocios Internacionales y muy discreta, pues de su vida personal solo accede a decir que es madre de una niña victorense de siete años.
Su mánager y patrocinador del equipo, Luis de la Cruz entra al quite y revela algunas cosas de su pupila:
“Es una chica que rápidamente se adaptó al equipo, tiene dos temporadas con nosotros. Y no sólo es ella, ya que en la rama varonil traemos a dos jugadores más de Taiwán”.
Un dato revelador y de paso curioso que aporta el mánager de Ópticas Perzus, es que no hace mucho Wan-Ju se vio en la necesidad de enviar a su hija a Taiwán con la intención de que siga conservando el idioma mandarín, ya que producto de su larga estancia en suelo mexicano lo iba olvidando poco a poco.