Sr. Director:
Como representante de Taiwán en España, resulta muy satisfactorio para mí que dos países tan alejados cultural y geográficamente como España y Taiwán demostremos compartir valores de trascendencia universal como lo son la democracia, la libertad y el respeto por los derecho humanos.
Coincidimos ambos en la experiencia de una transición histórica hacia la democracia culminada con éxito; compartimos con “orgullo” - especialmente en estos días de reivindicación de la diversidad - una legislación que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, de la que España fue pionera en Europa y nosotros somos ahora primer país en Asia; y somos, sobre todo, dos sociedades que se distinguen por su especial preocupación por los derechos humanos fundamentales.
Por eso sorprende la actitud de España al haber dejado en manos de un régimen autoritario y nada respetuoso con los derechos humanos y con los derechos de las minorías sociales o religiosas, como lo es el de China continental, a 94 ciudadanos taiwaneses que permanecían en España sospechosos de un delito de fraude telefónico, y que han sido finalmente extraditados a Pekín para ser juzgados allí.
Mientras esto sucedía en España, el mundo entero miraba con expectación hacia Hong Kong, donde millones de manifestantes alzaban su voz contra una ley que permitiría precisamente la extradición de sospechosos para ser juzgados en China continental. Ello demuestra el fracaso de la fórmula de “un país, dos sistemas” que Pekín ha querido implantar en Hong Kong y en la que aspiraba a incluir algún día a Taiwán, cuando la isla es - tal vez convenga recordarlo en España después del caso de las extradiciones - “otro país”, soberano e independiente, y “otro sistema”, libre, democrático y respetuoso con los derechos humanos.
Fdo: Embajador José María Liu
Representante
Oficina Económica y Cultural de Taipéi