Taipei, julio 4 (CNA) El padre Pierre Mertens, de 92 años de edad, recibió el martes 4 su tarjeta de identidad de Taiwán, convirtiéndose en el primer extranjero viviendo en la Ciudad de Nueva Taipei en ser naturalizado por sus loables contribuciones a Taiwán.
La tarjeta de identidad le fue otorgada al Rev. Mertens por el subalcalde de la Ciudad de Nueva Taipei, Hou You-yi.
Mertens dijo que si bien ya se había identificado a sí mismo como un ciudadano taiwanés desde hacía mucho tiempo, no pudo ocultar su alegría al momento de recibir su nueva tarjeta de identidad.
Hou dijo que el sacerdote belga se había dedicado al trabajo humanitario en Taiwán por espacio de 65 años desde el año 1952, habiendo ayudado además a Taiwán a participar en los asuntos internacionales a través de las organizaciones no gubernamentales.
"En los asuntos relacionados con los aborígenes, la prostitución infantil, los pacientes con SIDA, los trabajadores inmigrantes ... etc., se puede ver los grandes esfuerzos desplegados por el padre Mertens", indicó el vice burgomaestre.
Según el gobierno de la Ciudad de Nueva Taipei, el padre Mertens ha asistido, en representación de Taiwán, a una conferencia sobre refugiados organizada por la Organización de las Naciones Unidas, y ha sido invitado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para pronunciar un discurso sobre refugiados en dicha entidad internacional.
Mertens también ha estado llamando la atención respecto a la notable falta de recursos médicos y educacionales en la parte norte de Tailandia, donde residen muchas personas de etnia china, además de haber estado cuidando al bienestar de los trabajadores extranjeros radicados en Taiwán.
Mertens trabaja actualmente en Caritas Taiwán, que fue fundado en 1968 y es un capítulo de la Caritas Internationalis, una organización que se dedica a la misión social y los valores fundamentales de la iglesia católica. Su nombre se ha vuelto inseparable con Caritas Taiwán.
Caritas Taiwán antes recibía recursos a través de los diversos capítulos de Caritas Internationalis alrededor del mundo, pero a medida que se ha vuelto más solvente, ahora está en condiciones de exportar sus recursos a otros países necesitados.
El sacerdote belga fue honrado en Taiwán en el 1997 por sus buenos actos, recibiendo inclusive una medalla del Papa Juan Pablo II en el 2003.