
Avenida Jing Gang, en el poblado de Changbin. (Foto de Chuang Kung-ju)
El área entre Hualien y Taitung, bendecida con un entorno natural único, se conoce en Taiwan como “detrás de las montañas”.
Rodeada por la Cordillera Central, la Cordillera Costera y el océano Pacífico, el área entre los distritos de Hualien y Taitung se conoce desde hace mucho tiempo en Taiwan como “detrás de las montañas”, y ha sido bendecida con un entorno natural único. Este lugar brinda refugio a personas de muchos otros lugares que, debido a que han encontrado allí un lugar donde pueden establecerse y disfrutar de sus vidas, y lo han convertido en su hogar en sus corazones y mentes.
Comenzando desde el pueblo de Dulan en el distrito de Taitung, iniciamos un recorrido en bicicleta hacia el norte por la carretera provincial 11 de Taiwan, hasta llegar al poblado de Changbin. A lo largo del camino recogemos historias de pueblos aborígenes y nuevos inmigrantes.
Al llegar a Dulan, se ven personas que se dirigen a la playa con tablas de surf, estudios de artistas y artesanos en los callejones y una forma de vida de la tribu aborigen amis que está más cerca de la naturaleza. Esto es lo que motivó a Zhang Jing-ru, fundadora de la fábrica de jabón 9 Dulan Soap, a quien se le conoce con el nombre amis de Avi, para trasladar a su familia a Dulan. Se enamoró de una parcela de tierra vacía con un gran árbol en una esquina, y decidió establecerse aquí y comenzar un nuevo capítulo en su vida.

Ciclistas en el Ingenio Azucarero Sintung. (Foto de Chuang Kung-ju)
La fábrica de jabón 9 Dulan Soap
“La razón principal por la que quería mudarme aquí era para que nuestros hijos pudieran crecer en un entorno natural”, cuenta Avi. Originalmente decidió tener hijos porque le gustan los niños, pero dado el ritmo acelerado de la vida cotidiana, debía enviar a sus pequeños a una niñera entre semana, y Avi y su esposo se convirtieron en “padres de fin de semana”.
Al observar este resultado contradictorio, Avi no pudo evitar preguntarse: “¿es esto realmente lo que queremos para nuestros hijos?” Por lo tanto, cuando su hija aún no había ingresado a la escuela primaria, Avi y su esposo Sun Wei-zhi (cuyo nombre amis es Dagula) decidieron dejar Taipei y venir a Dulan.
La pareja reestructuró sus prioridades en la vida: mientras que antes ganar dinero era lo más importante, ahora lo primero es la familia. Dagula había estudiado previamente la fabricación de jabón a mano con un maestro de la Compañía Química Industrial Namchow, y luego pasó dos años combinando el proceso de elaboración en frío con el caliente para desarrollar su propio método patentado. Luego, la idea de Avi de extraer la esencia de la nuez de areca, el tabaco y el mijo y ponerlos en el jabón entró en juego, forjando un vínculo con la cultura aborígen local y creando productos que son exclusivamente de la pareja, bajo la marca 9 Dulan Soap.
En la cultura amis, la nuez de areca, el tabaco y el mijo son cultivos sagrados que vinculan a las personas con sus antepasados, pero que han sido estigmatizados en la sociedad moderna. Con el objetivo de revertir los estereotipos negativos que la mayoría de las personas tienen sobre la nuez de areca, el tabaco y las bebidas alcohólicas (como el vino de mijo), Dagula envió sus jabones hechos a mano para ser evaluados, y las pruebas demostraron que los jabones eran productos biodegradables y ecológicos. La nuez de areca y el tabaco son antibacteriales, mientras que el mijo tiene propiedades hidratantes y blanqueadoras que pueden resolver los problemas de la piel de muchas personas. Esta evidencia le da a Avi una gran sensación de logro cuando presenta sus productos ante otros. “Nos da más confianza porque utilizamos ingredientes locales”, afirma.
Hasta ahora, a lo que la familia se ha dedicado más es a “vivir”. “De hecho, no nos tomamos muy en serio el funcionamiento de la tienda”, se ríe Avi. Por el momento, es más importante llevar a sus hijos a surfear, adaptarse a la comunidad local y comprender el estilo de vida aborigen.
Su hijo, que está en quinto grado, ha estado obsesionado con la legendaria deidad china el Tercer Príncipe (Príncipe Nezha) desde que estaba en el jardín de infantes, y cada día a la hora de las comidas compartía su amor por el Tercer Príncipe con Avi. Este año, después de hablar con sus padres, decidieron comprarle un disfraz del Tercer Príncipe, y lo ha usado para participar en muchas procesiones del templo y fiestas de cumpleaños para las deidades. Recientemente también lo ha usado cuando actúa tocando los tambores al estilo occidental. Realmente podemos percibir la satisfacción maternal de Avi cuando vemos la sonrisa en su rostro mientras describe el proceso de su hijo al encontrar algo que ama en la vida a una edad tan temprana.

Avi y Dagula, los fundadores de la fábrica de jabón 9 Dulan Soap, emplean las esencias de nuez de areca, tabaco y mijo en sus jabones hechos a mano. La pareja tiene confianza en estos ingredientes locales. (Foto de Chuang Kung-ju)
El camino para encontrar un hogar en Taitung ha dado una nueva forma a sus vidas. Dagula declara que “estoy agradecido por los fracasos del pasado, ya que han sido la clave para encontrar valor dentro de mí”.
“Me digo a mí misma: ¡Bien hecho!”, afirma Avi con emoción. Ella está agradecida con quien era antes por trabajar tan arduamente en ese entonces.
Alas para volar de regreso a casa
Desde 9 Dulan Soap, seguimos por un pequeño camino y nos encontramos con el Ingenio Azucarero Sintung, que data del período colonial japonés, donde reside el escultor de madera amis Siki Sufin.
Se puede decir que la historia de Siki refleja la responsabilidad y la cruel ironía de la historia.
Después de regresar a Dulan desde Taipei, Siki, quien fue aprendiz durante un corto período en el taller del escultor aborigen Rahic Talif, trabajó a tiempo parcial mientras continuaba haciendo obras artísticas que transmiten mitos y leyendas amis, utilizando madera flotante a la deriva como su materia prima. Fue el primer artista en mudarse al Ingenio Azucarero Sintung, y fue un líder en la creación del entorno local para artistas creativos.
Siki deja la superficie de la mayoría de sus obras sin tratar. “Me gustan las marcas que la motosierra deja en la madera”, explica. Como artista, Siki quiere que el concepto detrás de cada trabajo pueda comunicarse directamente en la conciencia del espectador.

Las alas son un motivo importante para el escultor Siki Sufin. (Foto de Chuang Kung-ju)
Al regresar a su ciudad natal, Siki descubrió que había varios ancianos en la comunidad con pronunciados rasgos faciales amis pero que hablaban mandarín con acento chino continental, y no podía entender esta incongruencia. Fue solo después de preguntar por todos lados que descubrió la historia oculta durante mucho tiempo acerca de los Voluntarios Takasago, los soldados aborígenes taiwaneses que sirvieron en el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo diferentes regímenes, los pueblos aborígenes fueron reclutados por las autoridades para ir al frente y luchar, solo para ser abandonados cuando la lucha terminó. La gente no pudo aprender de la historia, ya que después del final de la Segunda Guerra Mundial sucedió lo mismo con estos viejos soldados que hablan mandarín en la comunidad de Siki. Los aborígenes de Hualien y Taitung fueron reclutados y enviados a China para luchar en la guerra civil, pero muchos fueron capturados durante la retirada de las fuerzas nacionalistas después de 1947 y terminaron luchando en el lado comunista. Mirando hacia atrás en sus vidas, se quedaron con la desconcertante sensación de no saber por qué habían luchado.
Pocas personas conocen este período de la historia, por lo que Siki filmó un documental y creó una compañía de teatro para permitir que más personas lo recuerden. Según un mito de los amis, los miembros de la tribu que mueren lejos de casa pueden pedirles a sus antepasados un par de alas para llevar sus almas a casa. Es por eso que Siki ha hecho muchos pares de alas de madera flotante, para ayudar a estos miembros de la tribu a encontrar su camino a casa.
Hablando del destino de los Voluntarios Takasago y los aborígenes que fueron enviados a luchar en la guerra civil, Siki advierte que “estas cosas pueden parecer de interés solo para la comunidad aborigen, pero cuando miras de manera más amplia te das cuenta de que son asuntos que afectan a toda la nación”. El artista está completamente dedicado a hacer que la gente preste atención y reflexione sobre el pasado. “Si puedo, quiero construirles un monumento, en el cabo Dulan, para que tengan un lugar donde descansar y estar juntos”, afirmó Siki.

A lo largo de la carretera provincial 11, cerca de Jinzun, se puede ver frecuentemente a los surfistas surcando las olas. (Foto de Chuang Kung-ju)
Pedaleando por hermosos paisajes costeros
Continuando nuestro viaje en bicicleta hacia el norte, nos dirigimos al río Mawuku para visitar los dos puentes muy diferentes que cruzan la desembocadura del río. El nuevo puente Donghe, de acero pintado de rojo, parece muy masculino y moderno. El antiguo puente Donghe se construyó en 1930. Para acomodar la forma del terreno en las dos orillas, la sección norte del puente se diseñó con un arco, mientras que la sección sur se construyó sobre pilares, creando una interesante yuxtaposición.
Muy cerca se encuentra la interesante ciclovía Baonon. Originalmente fue una antigua sección de la autopista 11, y hoy se ha transformado en una ciclovía desde donde los ciclistas pueden ver un paisaje marino encantador a lo largo de la ruta.
Al salir de la autopista 11, se llega a la comunidad aborigen Pisirian, cerca de Sanxiantai, una pequeña isla conectada a la orilla por una larga pasarela. En Pisirian podemos ver una instalación artística que representa un carnero, creada por personas amis dirigidas por el artista Rahic Talif. Esta obra trae a la mente escenas del pasado cuando las personas criaban cabras en esta área.
Luego nos dirigimos a la comunidad Zhongyong en el poblado de Changbin en Taitung, donde encontramos la avenida Jin Gang. A medida que cambian las estaciones, las espigas de arroz a ambos lados del camino cambian de verde a dorado. El camino recto se dirige directamente hacia el océano Pacífico, ofreciendo una vista panorámica espectacular.
Conocer a un yo diferente
Pedaleando cuesta arriba a lo largo de la avenida Jin Gang, vemos muchos “pequeños soles” en postes y cercas de servicios públicos. Esta es una idea inteligente del hostal familiar Sunny Buhouse.
Sunny Buhouse es un lugar que adquirieron los esposos Zhang Nian-yang y Chen Ci-bu después de que Zhang perdiera su trabajo cuando ya era de mediana edad.

La ciclovía Baonon sigue la vieja ruta de la carretera provincial 11, con hermosos paisajes por todo el camino. (Foto de Chuang Kung-ju)
Después de ser un empleado público durante 17 años, un día Zhang sintió la necesidad de cambiar de rumbo. Consiguió un trabajo en una empresa de electrónica, pero luego la economía tuvo un giro y la compañía casi colapsó, por lo que después de ocho años, Zhang se encontró sin trabajo.
La suerte los llevó a Changbin, donde compraron un terreno, construyeron una casa de huéspedes y comenzaron a esforzarse por adaptarse a la vida local.
Los caminos de muchas personas se han cruzado en esta larga mesa, alrededor de la cual se han contado tantas historias. El océano Pacífico es visible a través de los grandes ventanales, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo de las personas.
Además de dirigir su casa de huéspedes, la pareja también lanzó el “Proyecto Chang Cheng”. El chang se refiere a Changbin, mientras que el cheng se refiere a la comunidad de New Garden City en Xindian (cuyo nombre en mandarín es Huayuan Xincheng, donde cheng significa ciudad o villa), en la ciudad de Nuevo Taipei, donde vivieron durante mucho tiempo.
A Zhang le gusta hacer nuevos amigos, y sus viejos conocidos en Xindian tienen muchos talentos. Las familias en áreas remotas carecen de capital económico, social y cultural, y los niños pueden tener pocas esperanzas de un futuro próspero. Zhang se preguntó: pero, ¿qué pasaría si los niños pudieran vincularse con sus amigos de Xindian y estos últimos compartieran sus experiencias con los pequeños? Así nació el Proyecto Chang Cheng, con el objetivo de abrir ventanas en el mundo para los niños que viven en áreas remotas. Zhang y Chen esperan estar allí para los niños de Changbin mientras crecen y hacerles ver mayores posibilidades en su futuro.

La villa de Zhangyuan en el poblado de Changbin presenta escenas serenas y sencillas como esta. (Foto de Chuang Kung-ju)
Esta idea ha atraído a todo tipo de personas a unirse al proyecto. El reconocido corredor de ultramaratón Kevin Lin vino aquí por iniciativa propia para correr con los niños; Stacey Wei, portavoz en Taiwan para trompetas de Yamaha, trajo toda una banda de jazz a Changbin para dar un concierto; y el doctor Sheu Min-muh, ganador de un Premio de Contribución Médica en 2014, ha prestado atención médica gratuita en dicha comunidad.
Parte del atractivo de Sunny Buhouse es que brinda a las personas una sensación de tranquilidad que es como volver al hogar.
En la casa de huéspedes, el día comienza con un desayuno meticulosamente preparado por Chen. El desayuno generalmente dura dos o tres horas, con personas sentadas alrededor de la larga mesa conversando. Los caminos de muchas personas se han cruzado en esta larga mesa, alrededor de la cual se han contado muchas historias, y Zhang es experto en observar los pensamientos y sentimientos más íntimos de las personas, ayudándoles a hablar con sinceridad. “Otras personas ayudan construyendo puentes o construyendo caminos, pero no tengo esas habilidades, así que simplemente inspiro nuevas ideas en las personas”, indica. Por su parte, Chen a menudo puede tocar los puntos más suaves en los corazones de las personas.
Después de haber vivido aquí durante la última década, Chen afirma que su personalidad ha cambiado, de preferir ser solitaria a sentir ahora que estar sola o estar con muchas personas está bien. Perfeccionista en el pasado, está aprendiendo a relajarse y a aceptarse a sí misma tal como es.
Zhang, que siempre fue un estudiante de primer nivel, ha estado más atado a las reglas de la vida. Todavía duda: aunque sus ingresos ahora son razonablemente estables, le preocupan sus ahorros y se pregunta si no debería estar trabajando y ahorrando más. Pero ahora la casa de huéspedes está cerrada dos días a la semana, y el matrimonio afirma que está satisfecho si la ocupación es del 80 por ciento.
Esta actitud y este estado de ánimo son perfectos para vivir en la costa este de Taiwan.
Fuente: Revista Taiwan Hoy